Eran las 8:00 a.m, el turno de trabajo había terminado. Dos horas después, Pablo y yo estábamos de camino a la playa de La Arena, en Zierbena ( Vizcaya ), aquí comenzaríamos la ruta en kayak hasta Colindres ( Cantabria ).
Tras dejar una de las furgonetas en Colindres, ya estábamos en Zierbena preparando los trastos que necesitaríamos para la travesía, material de camping, comida, equipo de seguridad, kayak y pala.
La playa nos daba la bienvenida. La playa y los miles de veraneantes que se encontraban en ella. Conseguimos llegar hasta la orilla sin golpear a nadie con las piraguas. Era un día con bastantes olas en Zierbena, por lo que era muy fácil hacer el ridículo delante de tanta gente si hubiésemos volcado. Sin mayor novedad conseguimos salir de la playa y llegamos hasta Ontón, nuestro primer campamento. El resto de la tarde, lo dedicamos a tomar el sol, bucear y echar la siesta.
Caía la tarde y la playa si iba vaciando, llegaba el mejor momento del día, cuando se queda la playa para ti solo. Cenamos tranquilos viendo cómo caía la noche.
Tras dejar una de las furgonetas en Colindres, ya estábamos en Zierbena preparando los trastos que necesitaríamos para la travesía, material de camping, comida, equipo de seguridad, kayak y pala.
La playa nos daba la bienvenida. La playa y los miles de veraneantes que se encontraban en ella. Conseguimos llegar hasta la orilla sin golpear a nadie con las piraguas. Era un día con bastantes olas en Zierbena, por lo que era muy fácil hacer el ridículo delante de tanta gente si hubiésemos volcado. Sin mayor novedad conseguimos salir de la playa y llegamos hasta Ontón, nuestro primer campamento. El resto de la tarde, lo dedicamos a tomar el sol, bucear y echar la siesta.
Caía la tarde y la playa si iba vaciando, llegaba el mejor momento del día, cuando se queda la playa para ti solo. Cenamos tranquilos viendo cómo caía la noche.
Amaneció un bonito día, totalmente despejado y calor desde primera hora, después de desayunar, nos pusimos en marcha. Parecía el Caribe, el agua era verde esmeralda!!, el mar estaba muy tranquilo, perfecto!!. Avanzamos sin mayor problema, disfrutando del paisaje, en algo más de una hora estábamos en Castro Urdiales. Desembarcamos delante del club de remo, La Castreña, se notaba que los últimos años les iba bien, instalaciones nuevas, tienda de recuerdos del club, vehículos, niños, padres…de to!!!
Después de comer, continuamos hasta Oriñon, nos habían recomendado esta playa, ya que esta más protegida de las olas y el viento, que Sonabia. El resto del día, de nuevo, vacaciones!!!, volar la cometa, cervezas en el chiringuito, siesta, etc. El atardecer fue muy bonito, ya no quedaba nadie en la playa, parecía que iba a llover, esto unido a la luz del atardecer, hacía que se iluminaran las nubes de color naranja.
Antes de cenar, montamos una especie de carpa para no mojarnos. La predicción del tiempo para el día siguiente era bastante mala, lluvia y viento, por lo que la carpa nos protegería algo, una vez más la tienda se había quedado en la furgo. Sobre las tres de la mañana se calló uno de los palos que colocamos para tensar la lona, le dio en toda la nariz a Pablo, en un primer momento pensó que le había roto la nariz, viendo que no había sido nada, yo continúe durmiendo, Pablito se quedó refunfuñando, no fue una buena noche para él.
Efectivamente, el mal tiempo nos daba los buenos días, el cielo cubierto y la mar movidita. Con buenas olas salimos de la playa, sin problema llegamos hasta el cabo de La Ballena. A partir de aquí el viento del noroeste nos hizo esforzarnos para llegar a Laredo, entrabamos en el puerto, uff!! que soba!!! .
Ya sólo nos quedaban 7 km para llegar a Colindres, la travesía del arenal de Laredo la hicimos sin problema. Los últimos 4 km hasta el puente donde habíamos dejado la furgoneta nos costó un poquito más. Habíamos llegado!! Una hora después llegábamos a Zierbena para recoger la furgoneta de Pablo. Un pintxo y una cerveza y de vuelta para casa, al día siguiente a las 8:00 a.m otra vez a trabajar.
Después de comer, continuamos hasta Oriñon, nos habían recomendado esta playa, ya que esta más protegida de las olas y el viento, que Sonabia. El resto del día, de nuevo, vacaciones!!!, volar la cometa, cervezas en el chiringuito, siesta, etc. El atardecer fue muy bonito, ya no quedaba nadie en la playa, parecía que iba a llover, esto unido a la luz del atardecer, hacía que se iluminaran las nubes de color naranja.
Antes de cenar, montamos una especie de carpa para no mojarnos. La predicción del tiempo para el día siguiente era bastante mala, lluvia y viento, por lo que la carpa nos protegería algo, una vez más la tienda se había quedado en la furgo. Sobre las tres de la mañana se calló uno de los palos que colocamos para tensar la lona, le dio en toda la nariz a Pablo, en un primer momento pensó que le había roto la nariz, viendo que no había sido nada, yo continúe durmiendo, Pablito se quedó refunfuñando, no fue una buena noche para él.
Efectivamente, el mal tiempo nos daba los buenos días, el cielo cubierto y la mar movidita. Con buenas olas salimos de la playa, sin problema llegamos hasta el cabo de La Ballena. A partir de aquí el viento del noroeste nos hizo esforzarnos para llegar a Laredo, entrabamos en el puerto, uff!! que soba!!! .
Ya sólo nos quedaban 7 km para llegar a Colindres, la travesía del arenal de Laredo la hicimos sin problema. Los últimos 4 km hasta el puente donde habíamos dejado la furgoneta nos costó un poquito más. Habíamos llegado!! Una hora después llegábamos a Zierbena para recoger la furgoneta de Pablo. Un pintxo y una cerveza y de vuelta para casa, al día siguiente a las 8:00 a.m otra vez a trabajar.